Descripción
Colgante Ángel de Cuarzo
Precioso colgante Ángel de cuarzo. El hecho se ser un ángel y en cuarzo lo convierte en un talismán increíble. Una joya llena de simbolismo y protección.
El cuarzo blanco posee una fuerza que permite al organismo equilibrar las energías logrando estar de buen humor. Sí colocamos nuestro cuarzo blanco encima de los chakras durante algunos minutos, gracias a sus propiedades energéticas, te permitirán abrir y hacer fluir la energía de los chakras. El cuardo atrapa y transmuta las energías.
El Cuarzo Blanco o Cuarzo Transparente, también llamado Cristal de Roca, es una variedad de cuarzo cristalino incolora. Está compuesto por dióxido de silicio, pertenece al grupo de los silicatos-tectosilicatos, y su dureza es de 7 en la escala de Mohs. Los cristales de cuarzo normalmente tienen la forma de un prisma hexagonal con caras piramidales en sus extremos. Pueden encontrarse aislados en doble punta o en agrupaciones formando maclas, drusas o geodas.
Antiguamente el Cristal de Roca era usado para la elaboración de recipientes y objetos de valor. Las tradiciones chamánicas lo consideran una piedra de luz, de conciencia y clarividencia.
ANGELES
Los ángeles son espíritus puros, es decir “libres de toda materia”, y por lo tanto de naturaleza inmortal. Ellos existen para glorificar a Dios y ser sus mensajeros… de hecho su función más importante es ésta: ser el nexo entre Dios y el Hombre, y en segundo término proteger a los hombres y velar por su salvación.
La mayoría de las religiones y la Teología reconocen su existencia desde los primeros tiempos a través de escritos bíblicos e históricos. Para la Iglesia Católica, los ángeles son una “verdad de fe”.
Su naturaleza espiritual implica que son libres de todas las limitaciones que lo humano -naturaleza física/espiritual- involucra, por lo tanto su respuesta al amor de Dios no necesita tiempo ni reflexión para crecer y madurar, como nosotros.
Los ángeles fueron creados perfectos, de ahí su poder y entendimiento, en cambio nosotros fuimos creados para “perfeccionarnos”.
Entendiendo esa diferencia esencial entre hombre y ángeles, se entiende que las “almas” no son ángeles, ni viceversa. Una persona que se muere, no se transforma en ángel o en demonio según su comportamiento en vida.
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